Tenerife es una isla relativamente pequeña en la que resulta difícil perderse. Dado que la pendiente es mucha basta con mirar hacia abajo y buscar el mar para tener una idea aproximada del lugar en el que te encuentras. Así que si te equivocas de camino basta con regresar sobre tus pasos un par de kilómetros a lo sumo. El problema es, en realidad, la calidad de esos kilómetros porque no es lo mismo un par de kilómetros en llano que un par de kilómetros al 20% con la bicicleta cargada con las alforjas.
Para evitar eso, como en tantas otras ocasiones, hemos preparado nuestra ruta con Google maps y, aunque te ayuda a trazar un camino que puedes imprimir para llevar en papel y no tener que estar dependiendo continuamente del móvil, no siempre consigue evitar las pendientes demasiado pronunciadas.
Tenerife tiene carreteras de muy buena calidad pero por lo general, las principales (entre núcleos urbanos) suelen estar bastante transitadas. No nos agrada el ronroneo de los motores ni la impaciencia de los automovilistas. Por eso hemos buscado carreteras secundarias (como hacemos siempre), pequeñas carreteras que transitan entre tierras de cultivos, casas o simplemente el campo. El inconveniente de estas pequeñas carreteras salvavidas es la orografía de Tenerife. La isla estás surcada por cientos de barrancos que hacen que el terreno sea un sube y baja constante. A veces la forma de salvar estos barrancos es una carretera que serpentea y otras veces es un puente. Pues bien, en cualquiera de los casos la carretera principal es la más adecuada para cruzarlos, porque si es una carretera que serpentea el terreno ha sido más aplanado y no hay tanto sube y baja y si es un puente… porque no hay otra opción. No hay puentes para todas las carreteras sino solo para las principales.
Así que por lo general hemos tratado de ir por carreteras secundarias sin perder de vista las principales y recurriendo a ellas cuando era necesario. Hemos adjuntado los mapas de nuestro recorrido (que fueron diseñados antes de emprender el viaje), y he de decir que solo en la etapa que pasa por Tacoronte tuvimos que enfrentarnos a grandes cuestas imprevistas que nos hicieron dar el máximo de nosotros mismos, por lo demás la ruta se hizo bastante llevadera.
